SECUESTRO

 

ESCRÍBEME !

 

 

EL DUELO EN EL SECUESTRO

 

RESULTADOS

Análisis de la familia Vega

Para realizar el análisis se recogió la información a través de una entrevista individual con cada uno de los miembros de la familia Vega.

Como primera medida se puede observar que todos los miembros de la familia, en un primer momento, entraron en una etapa de negación de la desaparición de Joaquín, la cual duró unos días hasta el momento en que cada uno de ellos aceptó, basados en diferentes elementos de realidad, la desaparición como un hecho.

La reacción inicial de cada uno fue similar y estuvo marcada por un factor importante que fue el de la presencia o no en el lugar de los hechos. Aunque ninguno de los miembros que estaba presente en el momento de la desaparición de Joaquín vio lo sucedido, la reacción de la madre y el hijo que se encontraban en el lugar, fue instantánea, pues la negación se dio en el primer momento y de forma parecida, ya que los dos negaron la desaparición más no la posible muerte del padre.

Ellos pudieron verbalizar "Se murió", pero la búsqueda desesperada posterior, indica que no había una aceptación interior real, demostrando un estado de confusión propio de ese tipo de duelos.

Los miembros que no se encontraban en el lugar, tuvieron una fase de negación de tragedia, más no una negación de desaparición, pues estos consideraban que el padre no se podría haber ahogado, debido a las características del río.

Esta negación se puede definir como la primera etapa del duelo familiar, pues cuando se encontraban reunidos, todos experimentaron el mismo sentimiento, aunque les parecía ilógico que se hubiera ahogado, todos invirtieron energías buscándolo en el rió. Todos los miembros de la familia se encontraron inicialmente en un estado de shock y confusión, pues ninguno de ellos tenía elementos de realidad que explicaran lo sucedido.

Esta familia nunca había considerado la idea de un secuestro de alguno de sus miembros, pues no habían recibido amenazas. Estos son factores que facilitan la negación del secuestro y los lleva a pensar inicialmente en otra posibilidad.

Cada uno de los miembros de la familia salió de la negación al aceptar de manera individual los elementos de realidad que cada uno consideró como ciertos en diferentes momentos. Pues no existió una prueba lo suficientemente concreta para que todos la hubieran tomado como única y así salir al mismo tiempo del estado de negación familiar en el que se encontraban. Es allí donde empieza a patologizarse el duelo y se marca una diferencia con los duelos normales, en donde la presencia del cadáver se opone a cualquier negación.

Debido a las características de la negación inicial, se presentan en el grupo familiar comportamientos erráticos que se relacionan con la idea de que el padre se había ahogado. Aún en la actualidad ellos expresan haber reaccionado en forma equivocada. lo cual denota presencia de culpa sin elaborar, ya que piensan que se perdió gran cantidad de tiempo buscando al padre en donde ellos estaban seguros que no podía estar.

El sentimiento familiar que predomina en la segunda etapa del duelo es la rabia, que se manifiesta especialmente contra el Gobierno, las leyes y las autoridades en general. Esta rabia tiene su origen en la ira que produce la muerte en los deudos. En este caso la rabia se desplaza y se proyecta quedándose allí sin elaborar.

El duelo en esta familia permanece suspendido en lo fundamental de esta segunda etapa. Cada uno de sus miembros mantiene aún en la actualidad sentimientos propios de ella tales como la culpa y las inculpaciones.

Algunos han logrado superar aspectos relacionados con sus tareas de la tercera etapa, pero en general la no aceptación de la pérdida, y la posible reversibilidad del hecho han llevado a la familia a mantener la esperanza de que él va a volver, impidiendo así que el proceso de duelo se resuelva en su totalidad. Aunque algunos de los hijos expresan que consideraban que su padre está muerto y no va a regresar, ninguno de ellos indica que la esperanza de su regreso ha desaparecido.

Debido a que esta etapa no ha sido superada completamente y que la esperanza continúa presente, superar las tareas de la cuarta etapa del duelo parece ser poco probable. En esta etapa debería sobrevenir la resignación, y este sentimiento no fue observado en ninguno de los miembros. Es mucho menos probable debido a las características propias de la desaparición que no permite que estas personas ase reconcilien con el mundo externo  puedan crear nuevos vínculos.

Por todo lo anterior, el duelo hecho por la familia Vega no ha podido ser superado de manera satisfactoria y se considera que se trata de un duelo patológico.

Luego de analizar las cuatro etapas del duelo familiar, se explicarán diversos aspectos que se observaron en la dinámica familiar a raíz del secuestro de Joaquín.

Desde el momento de la desaparición del padre, los hijos han tomado una actitud de sobreprotección hacia la madre, intentando evitarle dolor a toda costa.

Aunque el diálogo entre los miembros de la familia parece ser permanente, el tema de la desaparición del padre y de las consecuencias que esta ha traído no es tratado abiertamente, desconociendo cada uno los sentimientos del otro. Esta conducta es un reflejo de la negación.

Para los miembros de esta familia resulta muy difícil hablar de los hechos dolorosos que les suceden y más cuando estos tienen connotación de muerte. Cuando un duelo o situación traumática del pasado no es elaborada e integrada adecuadamente, hechos similares posteriores tampoco podrán serlo.

CONCLUSIONES

El trabajo de campo y la revisión bibliográfica permiten pensar que el proceso de duelo, en el caso del secuestro de la familia Vega, no puede desenvolverse a cabalidad ante la ausencia de eslabones necesarios y determinantes del proceso. De la misma manera, puede pensarse que el desarrollo de este proceso depende del tipo de vínculos que mantuvieron y mantienen los miembros de la familia con el secuestrado.

el proceso de duelo que ha experimentado esta familia no se ha logrado resolver en su totalidad, ya que en todos los miembros se observa estancamiento en alguna de las etapas que se deben llevar a cabo para lograr un proceso de elaboración normal. La familia Vega se encuentra ante un duelo suspendido, ninguno ha podido cerrar el proceso, ya que no ha aceptado la pérdida y mantienen aún la esperanza del regreso de Joaquín.

Como lo expresan Palento y Braun (1985), los elementos que se deben presentar en los duelos habituales y que son los que permiten que el duelo se ponga en marcha son: El conocimiento directo o la información adecuada de la muerte de la persona y de sus causas y la existencia de ciertos elementos simbólicos entre los que se podría incluir los rituales funerarios, las prácticas comunitarias y una adecuada respuesta social. En el caso de la familia Vega, las dos condiciones anteriores fueron dadas, por lo tanto existe en ellos un espacio en la mente de un objeto desaparecido y de un muerto sin sepultura, perpetuándose un juego ambivalente vida-muerte que no se resuelve.

Retomando la explicación de Melanie Klein (1961), el individuo que está pasando por un proceso de duelo experimenta dolor, pues debe renovar los vínculos con el mundo externo y reconstruir el mundo interno. Esta readaptación representa la condición esencial para la elaboración normal.

En el caso del secuestro de Joaquín, los familiares no pueden readaptarse a la realidad, pues la energía libidinal no queda libre para poder realizar nuevos vínculos con el mundo externo y el mundo interno, ya que esta ha quedado atada al secuestrado y seguirá en iguales condiciones hasta tener certeza de su situación.

ES posible decir que el proceso de duelo que ha llevado esta familia se asimila en algunos aspectos a lo que Freud (1917) ha denominado melancolía, refiriéndose a la pérdida de un objeto amado en la que no se logra distinguir claramente lo que el sujeto ha perdido. De este modo se puede relacionar la melancolía a una pérdida de objeto sustraída de la conciencia, diferenciándose así del duelo en el cual nada de lo que respecta a la pérdida es inconsciente.

La diferencia fundamental con el secuestro es que en la melancolía los factores que se sustraen a la conciencia son el resultado de la acción de algunos mecanismos defensivos como la identificación. En el secuestro lo que no está en la conciencia del sujeto es porque la realidad no lo proporciona; en el caso de los Vega sería el cuerpo, vivo o muerto de Joaquín.

Se puede concluir entonces, que el duelo de la familia Vega ha sido un proceso que ha pasado por diferentes etapas, presentándose actualmente como un duelo suspendido, pues subsisten cargas libidinales depositadas en Joaquín. lA culpa y la rabia características de toda perdida aún siguen presentes en el sistema de interacciones del grupo; lo anterior da cabida al pensamiento mágico para dar una explicación y encontrarle sentido a lo sucedido. En definitiva no hay una resignación por la pérdida ocurrida.

Aunque el proceso se inició con un estado de estupor y una negación esperados, se estancó en diferentes niveles. Los que vivieron a distancia la desaparición pudieron avanzar más que aquellos que estuvieron presentes.

Se podría hacer hipótesis de lo que se espera que suceda en el futuro con el duelo de la familia Vega, teniendo en cuenta el trabajo de esta investigación, pero no es uno de sus objetivos. Solo se puede afirmar que el duelo está estancado y ha tomado un rumbo que desde la nosología se podría calificar como patológico.

A la familia Vega se le podría recomendar una terapia familiar, siempre y cuando estén dispuestos a aceptarla. en ella se mostraría a los miembros la configuración irracional a que ha llegado el duelo por las características particularísimas del secuestro.

Autores: Trujillo y Vence

               Año: 1993

               Psicólogas

 

 

REGRESA

NO TE OLVIDES DE CONECTARTE A "PUBLICAR AQUÍ" Y ENVIARME TU ARTÍCULO !!

CONSTANTE ACTUALIZACIÓN

Inicio  Antecedentes    Consecuencias   Estructura Familiar  Duelo    Autores    Artículos

  Operativo    Leyes    El Secuestrado     Estadísticas     Negociación   Secuestrador   Enfermedades 

   Violencia    Links    Bibliografía     Síndrome de Estocolmo    Prevención    Secuestro Express    Publicar!

DISEÑO DE PÁGINA: MARIA FERNANDA URIBE

Friday, 14 de September de 2001