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VIOLENCIA GENERADORA DE VIOLENCIA

AUTOR: María Fernanda Uribe  

La violencia está inherente a todos los seres humanos y viene de tiempos remotos, como lo podríamos comprobar al pensar en el mandamiento "No matarás".  El concepto de violencia es una manifestación clara de los impulsos instintivos de naturaleza elemental, que tienden a satisfacer nuestras necesidades primitivas. Según Freud éstos impulsos instintivos no son en sí ni buenos ni malos, sin embargo, clasificamos así sus manifestaciones según su relación con las necesidades y las exigencias de la comunidad humana, así que todos los impulsos que la sociedad prohíbe son considerados malos.

Según Freud los instintos malos que poseemos intensamente en la infancia se transforman con el paso de la vida debido a dos factores: Un factor interior que es la unión de los componentes eróticos, que transforman los instintos malos en instintos sociales, es decir, que la persona aprende a estimar el sentirse amado como una ventaja por la cual puede renunciar a otras.  El factor exterior viene de la educación, que nos muestra las exigencias de la sociedad.

Todo esto nos conduce a pensar que las personas agresivas, que generan violencia se han criado en un ambiente inadecuado que ha impedido la transformación de sus impulsos internos y a la vez ha fomentado y enriquecido los mismos.  Cuando hablo de un ambiente inadecuado, me refiero a una familia disfuncional, con malas relaciones intrafamiliares, es decir, donde se percibe un ambiente de frialdad, desinterés, indiferencia, donde no se demuestran conductas afectivas, que le permitan al niño sentirse amado.  Otro tipo de familia generadora de violencia es aquella que presenta modelos que pretenden controlar el ambiente mediante la fuerza o agresividad, y los niños suelen imitar estos modelos presentados por los padres o hermanos mayores que abusan de su autoridad.  Por otra parte podríamos mencionar que otro tipo de ambiente inadecuado sería aquel generado por la falta de recursos económicos que le impide al niño satisfacer las necesidades básicas, como la alimentación, la higiene y la casa, lo cual lleva a estos infantes a tener que mendigar o trabajar para ayudar a sus padres económicamente.  Además,  encontramos que las familias de bajos recursos económicos se ven en la obligación de vivir en el hacinamiento lo cual se presta para que los niños vean los abusos que cometen sus padres y no puedan aislarse del conflicto, sino que por el contrario, se vean envueltos en el mismo, incluso en la propia sexualidad de los adultos; la cual es mal interpretada por el niño, o  imitada por éste en el desarrollo de conductas sexuales agresivas donde se violente a la pareja.

Otro factor externo, es la falta de educación y las diferencias socio­económicas que presentan nuestras sociedades tercermundistas, generando  en el individuo resentimiento hacia el medio y  falta de adaptación social.

Es frecuente ver un  gran desajuste en el núcleo familiar en nuestra sociedad, en cuanto que el machismo, que le permite al hombre casado tener relaciones sexuales con otras mujeres, lo cual propaga conflictos en el hogar y además desencadena un fuerte problema social, como lo son los hijos abandonados y las familias incompletas, ya que el padre está ausente y la madre no puede ofrecerle a los niños la calidad de vida que éstos merecen. Por lo tanto éstos niños suelen criarse en un ambiente de abuso, abandono o conflictos que generalmente trae como consecuencia más violencia,  usada como único recurso para escapar y "salir adelante en la vida", llegando a considerarla como un medio de subsistencia propicio para la consecución de dinero.

En mi opinión, la adopción de comportamientos violentos es utilizada por el individuo para de alguna manera protegerse y controlar la situación que lo rodea y a la ves sentirse “adaptado" a su medio o adaptar su medio a él.

Tenemos entonces que, la violencia siempre genera violencia, debido a que si un individuo se siente atacado, suele responder con agresividad para defender su integridad y para controlar al ofensor.  Además, estimo importante tener en cuenta que desde el punto de vista psicoanalítico, en lo inconsciente, todos estamos convencidos de nuestra inmortalidad. Lo cual nos hace propensos a las manifestaciones tanáticas, ya que en nuestro interior no comprendemos las consecuencias de éstas, puesto que nuestro inconsciente no le teme a nuestra propia muerte, debido a que al imaginarla,  tan solo somos espectadores.

Podemos observar que el sexo masculino genera mucha más violencia que el sexo femenino y a mi juicio esto se debe a que por una parte el hombre está diseñado biológicamente para ser más fuerte físicamente que la mujer y por otra parte al varón, en su crianza, se le ha venido enseñando conductas agresivas como rol impuesto por la sociedad;  siendo éste, el que a través de los siglos a venido controlando a la familia, como jefe de la misma, el ambiente laboral y la política.  A la mujer, sin embargo,  se le ha venido prohibiendo la agresividad y toda manifestación de violencia, que van en desacuerdo con su rol de sumisión, inocencia, suavidad y ternura.  Desde mi punto de vista, la estructura de la sociedad, de cualquier cultura, se basa en el uso del poder para así lograr organizar una serie de normas y reglas que le den un equilibrio a la misma, consiguiendo, de ésta manera, evitar un caos individualista.  Por lo tanto, considero que la violencia siempre va a existir, desde que tenga que haber un control bajo el uso del poder, bien sea para satisfacer nuestros instintos o para lograr una armonía social. 

Para concluir pienso que es importante reconocer todos los factores de la violencia y conocer la naturaleza de la misma para de ésta manera enfocar gran parte de nuestra energía como psicólogos que somos en prevenir y tratar éste problema que nos concierne a todos desde el punto de vista individual y social.

  AUTOR: María Fernanda Uribe

             Psicóloga

             1998  

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Friday, 14 de September de 2001